martes, 29 de marzo de 2011

Aislamiento de ADN de kiwi

Con esta técnica, tras romper o lisar con detergentes la pared celular, la membrana plasmática y la envuelta molecular, y mediante un tratamiento con proteasas, se consigue dejar libre el ADN que se separará del resto de los componentes celulares al dejarlo precipitar en alcohol.

Material necesario
-          200 g de kiwis, 40 ml de detergente liquido de lavavajillas, 400ml de agua destilada, 6 g de NACl o sal común, 200 ml de alcohol etílico muy frío y enzimas proteolíticos (1/2 cucharadita de ablandador de carne, o bien  1 comprimido de desproteinización de los utilizados para limpiar lentillas, 3 cucharadas de café, de jugo de piña o de papaya)
-          Batidora eléctrica con el vaso, cuchillo, hielo picado, erlenmeyer, vaso precipitado de 500 ml, tubos de ensayo, embudo, papel de filtro y varillas largas de vidrio o palillos largos de madera.

Procedimiento
1.       Prepara una solución con el agua destilada y el NaCl (o sal de mesa) y viértela en el vaso de la batidora.
2.       Pela, corta los kiwis en trozos y colócalos en el vaso de la batidora que contiene ela solución salina. Emplea la batidora para triturar los kiwis, pero no la mantengas durante más de 10 segundos seguidos en marcha para evitar el calentamiento (a). transfiere el contenido triturado del vaso de la batidora a un vaso de precipitado de 500ml, añade el detergente líquido de lavavajillas (b), mezcla con cuidado y déjalo reposar de 5 a 10 minutos.
3.       Filtra el contenido del vaso de precipitado a un erlenmeyer de 250 ml que contiene los enzimas proteolíticos (que rompen las proteínas de la disolución y así se eliminan las enzimas que rompen las cadenas de ADN). Para ello, coloca un filtro cónico en un embudo y vierte los kiwis triturados y lisados en el filtro. Deja gotear durante un rato hasta llegar a 1/3 del volumen (c). si es necesario exprime el filtro, pero no dejes que caigan sólidos al erlenmeyer. Luego, ¡agita con mucho cuidado! (d).
4.       Vierte 20 ml del extracto de kiwi lisado y desproteinizado en un tubo de ensayo. Sujeta el tubo formando un ángulo de 45 y con mucha lentitud añade un volumen equivalente de alcohol etílico muy frio (recién sacado del hielo o de la nevera) resbalando por la cara interna del tubo y evitando que se mezclen los dos líquidos (e).
5.       Observa el ADN como una nube de hilillos finos y viscosos en la interfase, la zona donde los dos líquidos están en contacto. Introduce una varilla delgada de vidrio o un palillo largo de madera en el tubo de ensayo  hasta que su extremo este justo debajo de la interfase. Da vueltas al  palillo subiendo y bajando por las dos fases. El ADN se enrollará a la varilla (f).
6.       Lleva la varilla con el ADN enrollado a otro tubo que contenga alcohol. Gira el palillo para que se libere el ADN en el alcohol. Repite la operación para trasladar más cantidad e ADN.

Reciclar el papel de periódico de forma casera

El reciclado representa una de las mejores historias de éxito ambiental y particularmente el reciclado de papel es uno de los procesos más conocidos.
La cantidad de papel que se consume en los países desarrollados es enorme, lo que significa que es necesario talar muchos árboles. El reciclado de papel contribuye a disminuir la deforestación y sus efectos. Además, el papel casero es ideal para hacer sobres, envoltorios de regalos y otros objetos.

Material necesario
·         Papel de periódico
·         Agua
·         Cubos o calderos
·         Recipiente de plástico
·         Batidora
·         Malla de tela con un marco de madera rectangular
·         Prensa o pesos

Procedimiento
1.        El primer paso es cortar varias hojas de papel de periódico en trozos muy pequeños. se meten en un recipiente con agua y se dejan reposar dos o tres días, aunque el tiempo de remojo podría ser más corto.
2.       Con la batidora se tritura el papel y se mezcla con el agua hasta obtener una pasta más o menos homogénea. Resulta conveniente hacerlo por tandas para desmenuzar los trozos muy bien.
3.       Se cuece la pasta con un poco de detergente y después se elimina la tinta que se acumula con la espuma en la superficie. Se deja enfriar, se cuela y se vierte sobre un recipiente de plástico donde se puede introducir la malla. De este paso se puede prescindir si existen inconvenientes para su realización.
4.       Se introduce la malla en la pasta de papel, consiguiendo que cubra toda la superficie, dejando escurrir el agua. Así se obtendrá una hoja de papel.
5.       Se vuelca con cuidado sobre una tela, se colocan hojas de papel de periódico encima y después un peso, si no se dispone de una prensa.
6.       Después de unas horas, se saca la lamina de papel y se deja secar

Un dinosaurio en el tejado

Desde la ventana de nuestra casa o paseando por el campo o el parque observamos sin sorpresa animales como los gorriones o las palomas, a los que consideramos seres vulgares sin mucho interés y en el caso de las palomas, animales poco higiénicos que ensucian los edificios con sus excrementos. Pero lo que muchos y muchas no sospecháis cuando observáis estos animalitos, es que estáis viendo a los parientes vivos más cercanos de los espectaculares “lagartos” del Mesozooico (Era Secundaria), los dinosaurios (que significa lagartos terribles). Unos animales que solemos asociar con terribles cazadores como el Velociraptor o gigantes como el Diplodocus. Pero también existieron dinosaurios del tamaño de una gallina y la mayoría no resultaban tan gigantescos como creemos.
¿Y como sabemos que los aves son parientes tan cercanos de los dinosaurios? Se sabe que es así a raíz del descubrimiento en el siglo XIX de un fósil de hace 150 millones de años (del período Jurásico) en Alemania. Se trata de una criatura que sería bautizada como Archaeopterix, que presenta múltiples similitudes con el esqueleto de los pequeños dinosaurios, como la cola y los dientes en vez de pico córneo, pero presentaba como las aves actuales plumas y podía volar como los pájaros. Descubrimientos posteriores ya en los años 90 del siglo XX, sacaron a la luz la variedad de dinosaurios con plumas que poblaron nuestro planeta, confirmando que los dinosaurios terópodos (carnívoros) tales como el Velociraptor y otras especies poseían plumas y huesos ligeros como las aves.
De ahí que cuando veamos películas de ciencia ficción como Parque Jurásico, dónde vemos al Velociraptor de gran tamaño (en realidad no era más grande que un pavo) y sin ninguna pluma, debemos pensar en la paloma que vemos en el parque o en una gallina para hacernos con una imagen real de este animal prehistórico.
En definitiva cuando nos comemos un pollo debemos pensar que nos estamos comiendo al pariente vivo más parecido al Tiranosaurio y seguro que también miraremos con más respeto al gorrioncillo que salta por nuestro tejado.

Por Santi Amador

El futuro de la humanidad

Si algo podemos decir sobre el futuro de  nuestra especie, Homo sapiens, es que es tan impredecible como lo que fue el largo proceso evolutivo que dio lugar a ella. Sabemos que la evolución de los homínidos se produjo sin una dirección determinada y que los cambios ambientales que tuvieron lugar en la Tierra en el pasado tuvieron una importancia decisiva en este proceso. Hace solo 100000 años aun había en el planeta tres especies de homínidos y no había razón alguna que pudiera haber hecho imaginar que una de ellas alcanzaría la capacidad de ocupar completamente el planeta y de desplazar a los demás.

La literatura y el cine nos han propuesto distintas imágenes de un mundo futuro posible en el que la tecnología, cuyo nivel de desarrollo ha sido espectacular durante las últimas décadas, lo domina y hasta lo controla todo, y que por tanto supondría una regresión en el proceso de humanización. ¿O sería tal vez la evolución natural del mismo?

Es posible que la capacidad del ser humano de sobrevivir esté en sus propias manos, siendo capaz como es de planificar y de prever las consecuencias de sus acciones, pero no es menos cierto que el cerebro colectivo que rige los destinos de la humanidad parece carecer de la sensibilidad que la mayor parte de los individuos manifiesta sobre los verdaderos problemas de la especie, que van mucho más allá de los propios intereses individuales o de los de determinadas comunidades o países.

Somos una especie sobredimensionada, que ha sobrepasado ampliamente los límites por el resto del sistema y, sin embargo, aún tenemos la capacidad de reconducir nuestro propio destino hacia un futuro sostenible, para nosotros y para el resto de la biosfera, debido a la capacidad de previsión de futuro y de planificación de la que estamos dotados, la misma que permitió a nuestros antepasados afrontar los grandes cambios ambientales, como fueron las glaciaciones y los periodos interglaciares.

Los racistas no saben biología

De vez en cuando aparecen personajes que salen diciendo que las personas de una o tal “raza” son más tontos o inferiores en algún aspecto con respecto a nuestra “raza”, y gracias a estos ideólogos de vez en cuando se producen ataques contra personas de otras “razas” que viven entre nosotros. Ya en el pasado tales argumentos justificaron el secuestro y asesinato de millones de personas negras para ser utilizadas como esclavas en América o el genocidio contra judíos y gitanos llevado a cabo en la II Guerra Mundial por la Alemania nazi.
 Ni que decir que estos argumentos no sólo repugnantes desde un punto de vista ético, nacen de premisas totalmente contrarias a lo que plantean todos los conocimientos sobre biología humana. En primer lugar es totalmente erróneo hablar de razas para distinguir entre los distintos tipos de seres humanos, somos todos tan parecidos que una persona negra salvo por el color de la piel, puede tener otros aspectos físicos y moleculares más cercanos a una persona blanca que a otra persona negra. Esto se explica porque todas las personas tenemos un ancestro común africano, de hace relativamente poco tiempo en la escala evolutiva, y no ha pasado el suficiente tiempo para que las distintas variedades humanas se diferencien entre sí cuando se han extendido por los distintos continentes y han colonizado nuevos hábitats. Además, desde la antigüedad las poblaciones humanas de los distintos continentes han estado en contacto y se han mezclado unas con otras, por tanto hasta el más racista de los racistas, es resultado en primer lugar de un antepasado común que salió de África y a posteriori de los distintos contactos, colonizaciones que todos los pueblos del planeta han mantenido entre sí.
En definitiva, el racismo si alguien tenía alguna duda constituye una aberración ética y científica; pero, que no nos olvidemos, se puede curar leyendo.

Por Santi Amador

Los medicamentos y las patentes: el precio de la salud

El proceso mediante el que se consiguió la erradicación de la viruela es un ejemplo de cómo la cooperación internacional puede ayudar a los seres humanos a verse libres de una terrible enfermedad. El éxito se debió a la existencia de una vacuna muy efectiva que fue utilizada en todo el mundo, en una campaña sin precedentes auspiciada por la OMS, y que tuvo como resultado la desaparición de la enfermedad en 1980. Existen nuevas enfermedades, nuevas plagas que causan millones de muertos cada año, y la investigación para encontrar remedios efectivos contra ellas requiere de la inversión de recursos humanos y económicos ingentes.

Estos recursos son aportados por grandes empresas farmacéuticas multinacionales a cambio de unos derechos de patente que les permite explotar sus descubrimientos. Este sistema basado en la economía de mercado y válido en principio, encierra sin embargo un aspecto perverso. En países con un nivel de desarrollo muy bajo, a acceso a los medicamentos necesarios para la lucha contra algunas enfermedades es imposible debida a sus altos precios. Sin embargo, los costes de  fabricación de la mayor parte de los fármacos son relativamente bajos, una vez que se han completado las fases de investigación y desarrollo. Por esta razón, los gobiernos de muchos países tratan de incentivar la fabricación de medicamentos genéricos que son equivalentes y tienen precios mucho más asequibles, pero esto solo es legalmente posible tras finalizar el periodo de vigencia de las patentes.

 En la lucha contra los medicamentos genéricos, las compañías farmacéuticas están tratando de prorrogar la validez de sus patentes. Alegan que si no hay patentes no podrían continuar investigando. Sin embargo, también parece lógico pensar que si se prorrogasen las patentes tampoco tendrían mucho interés en nuevas investigaciones. La solución podría estar en la colaboración de grandes fundaciones o en la creación de un gran fondo internacional del medicamento en el que participarán los gobiernos de los países desarrollados, las grandes empresas farmacéuticas y la OMS.

Las pandemias: la globalización de la enfermedad

Algunos de los grandes retos que se plantean en la actualidad a la especie humana y que pueden ser decisivos para su futuro, e incluso para su supervivencia, tienen una repercusión global. Este es el caso de la contaminación atmosférica, que supone una amenaza para la salud de las personas, además, las emisiones de dióxido de carbono están ya provocando un cambio climático que afectara a todo el planeta. La preocupación por este problema global ha dado lugar a reuniones en las que se han alcanzado acuerdos orientados a paliar el problema, como sucede con el protocolo de Kioto o la cumbre de Bali, aunque  nos e ha podido contar con el acuerdo de todos los países implicados.

De una manera semejante, aunque puntual, los brotes epidémicos no son solo un problema de los países a laos que afectan directamente en cada momento, puesto que abren la posibilidad de nuevas pandemias de consecuencias impredecibles, facilitadas actualmente por la gran cantidad de desplazamientos de personas que se producen en el mundo. Así lo entienden la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las autoridades sanitarias de la mayor parte de los países. Sin embargo, existen muchas reticencias para abordar las soluciones globales que requeriría un grave problema como este. El informe de la OMS del año 2007 indica que “Más que nunca antes en la historia, la seguridad pública global depende de la cooperación internacional” y, en palabras de su directora general, Margaret Chan, “dada la vulnerabilidad universal a estas amenazas, la mejora de la seguridad reclama solidaridad global”. Uno de los problemas más graves al que se debe hacer frente es la imposibilidad de una amplia parte de la población mundial para acceder al tratamiento de las enfermedades, como sucede con el sida en África subsahariana, debido a que el coste impuesto por los laboratorios propietarios de las patentes de los medicamentes es muy elevando en relación con los ingresos medios en estos países.