martes, 29 de marzo de 2011

El futuro de la humanidad

Si algo podemos decir sobre el futuro de  nuestra especie, Homo sapiens, es que es tan impredecible como lo que fue el largo proceso evolutivo que dio lugar a ella. Sabemos que la evolución de los homínidos se produjo sin una dirección determinada y que los cambios ambientales que tuvieron lugar en la Tierra en el pasado tuvieron una importancia decisiva en este proceso. Hace solo 100000 años aun había en el planeta tres especies de homínidos y no había razón alguna que pudiera haber hecho imaginar que una de ellas alcanzaría la capacidad de ocupar completamente el planeta y de desplazar a los demás.

La literatura y el cine nos han propuesto distintas imágenes de un mundo futuro posible en el que la tecnología, cuyo nivel de desarrollo ha sido espectacular durante las últimas décadas, lo domina y hasta lo controla todo, y que por tanto supondría una regresión en el proceso de humanización. ¿O sería tal vez la evolución natural del mismo?

Es posible que la capacidad del ser humano de sobrevivir esté en sus propias manos, siendo capaz como es de planificar y de prever las consecuencias de sus acciones, pero no es menos cierto que el cerebro colectivo que rige los destinos de la humanidad parece carecer de la sensibilidad que la mayor parte de los individuos manifiesta sobre los verdaderos problemas de la especie, que van mucho más allá de los propios intereses individuales o de los de determinadas comunidades o países.

Somos una especie sobredimensionada, que ha sobrepasado ampliamente los límites por el resto del sistema y, sin embargo, aún tenemos la capacidad de reconducir nuestro propio destino hacia un futuro sostenible, para nosotros y para el resto de la biosfera, debido a la capacidad de previsión de futuro y de planificación de la que estamos dotados, la misma que permitió a nuestros antepasados afrontar los grandes cambios ambientales, como fueron las glaciaciones y los periodos interglaciares.