martes, 29 de marzo de 2011

Las pandemias: la globalización de la enfermedad

Algunos de los grandes retos que se plantean en la actualidad a la especie humana y que pueden ser decisivos para su futuro, e incluso para su supervivencia, tienen una repercusión global. Este es el caso de la contaminación atmosférica, que supone una amenaza para la salud de las personas, además, las emisiones de dióxido de carbono están ya provocando un cambio climático que afectara a todo el planeta. La preocupación por este problema global ha dado lugar a reuniones en las que se han alcanzado acuerdos orientados a paliar el problema, como sucede con el protocolo de Kioto o la cumbre de Bali, aunque  nos e ha podido contar con el acuerdo de todos los países implicados.

De una manera semejante, aunque puntual, los brotes epidémicos no son solo un problema de los países a laos que afectan directamente en cada momento, puesto que abren la posibilidad de nuevas pandemias de consecuencias impredecibles, facilitadas actualmente por la gran cantidad de desplazamientos de personas que se producen en el mundo. Así lo entienden la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las autoridades sanitarias de la mayor parte de los países. Sin embargo, existen muchas reticencias para abordar las soluciones globales que requeriría un grave problema como este. El informe de la OMS del año 2007 indica que “Más que nunca antes en la historia, la seguridad pública global depende de la cooperación internacional” y, en palabras de su directora general, Margaret Chan, “dada la vulnerabilidad universal a estas amenazas, la mejora de la seguridad reclama solidaridad global”. Uno de los problemas más graves al que se debe hacer frente es la imposibilidad de una amplia parte de la población mundial para acceder al tratamiento de las enfermedades, como sucede con el sida en África subsahariana, debido a que el coste impuesto por los laboratorios propietarios de las patentes de los medicamentes es muy elevando en relación con los ingresos medios en estos países.